Ya pasó el tiempo en que solamente los hombres utilizaban las artes
marciales como forma de encontrar el equilibrio para enfrentar los
desafíos diarios de la vida moderna, el trabajo, el estudio, el estrés, la
competencia, etc.
En la historia del Japón, contrariamente a lo que se pueda pensar, la
mujer siempre tuvo un papel importante y fundamental, porque dentro de los
Clanes ellas también eran entrenadas desde su infancia, a partir de los
seis años de edad. Cuando los hombres dejaban los castillos y las aldeas
para ir a la guerra la seguridad de estos lugares recaía en manos de las
mujeres.
Así entonces no hay que pensar en preconceptos, el Aikido no es solo para
hombres, las mujeres pueden y deben practicarlo.
Ellas se destacan por su facilidad en el aprendizaje, principalmente
debido al concepto de no utilizar fuerza para dominar al “adversario”,
principio éste que es más difícil de comprender por los hombres.
Se ven beneficiadas, física, técnica y espiritualmente cuando lo
practican.
El aikido les da seguridad, capacidad de defensa, control y determinación,
sin masculinizarlas, muy por el contrario les confiere equilibrio y
elegancia, les hace desenvolver una postura física correcta, y les aumenta
la coordinación psicomotora.
Las técnicas, los movimientos y los ejercicios respiratorios modelan el
cuerpo y auxilian en la regulación de varios sistemas, tales como el
cardiovascular, el respiratorio, el óseo, disminuyendo la ansiedad, todo
esto posible a través de los diversos momentos de la práctica.
Además, les ayuda a corregir la postura lumbar y aumentar la flexibilidad
de todas las articulaciones, aumentando gradualmente los niveles de
confianza, siéndoles posible desenvolver habilidades impensadas y
proveyéndoles una mejor calidad de vida para un envejecer más saludable.
Sean bienvenidas, el Aikido es para todos.
Traducción sobre un texto publicado por
União Brasileira de Aikidô -
Gracias Florencia Ansaldo y Paola de Luca Sensei. |
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