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Todos
recordamos especialmente el primer día que comenzamos a practicar
Aikido. Esa sensación particular, ante ese universo nuevo y desconocido
al que queríamos ingresar. A
lo largo de nuestra vida marcial esto se repite, inevitablemente, cuando visitamos otros dojos con maestros y practicantes a
los que nunca hemos visto. Lo
importante es una vez superado ese momento saber como comportarnos
durante el transcurso de la, o las clases a las que
asistamos, considerando que las mismas nos servirán
fundamentalmente como una forma de confraternización con los
integrantes del dojo visitado. Deberemos
presentarnos al profesor, expresarle nuestro deseo, indicarle nuestra
graduación, informarle quien es nuestro maestro y, de no ser éste muy conocido, quien es el maestro de nuestro
maestro, para que quede bien clara nuestra línea ascendente. Si
ya tenemos la graduación de Shodan o superior es mejor acreditarlo
debidamente con la Libreta Yudansha extendida por Hombu Dojo. Esto último es más fácil si nuestro profesor y el del dojo visitado ya se conocen. Una vez cumplida esta formalidad, lo primero y principal que entiendo corresponde observar es respetar las reglas de ese Dojo. Si
decidimos asistir,
y hemos sido aceptados estamos aceptando implícitamente esas
reglas. De lo contrario es necesario abstenerse de concurrir al mismo. Jamás debemos imponer nuestros métodos o enseñar nuestras técnicas a los alumnos del Dojo sin el permiso expreso del profesor. Como
Uke se deberán acompañar las técnicas desarrolladas siguiendo las
formas del profesor del lugar, sin
poner trabas a las mismas cuando sean ejecutadas por nuestros
ocasionales Nague, esto sería
como incitar a que las efectúen según nuestro padrón aprendido. Esto debe ser así aún sintiendo que nuestra técnica es superior a la del Dojo visitado. Es fundamental entrenar con humildad, dejando de lado nuestro ego, intentando en primer lugar hacer amigos en el dojo visitado y no rivales, promoviendo un entrenamiento agradable junto a los demás aikidocas. Se deben seguir siempre, sin excepción, las formas que muestra el profesor. A pesar de esto, y en caso de que sean muy diferentes a las nuestras, se deberá intentar acompañarlas en la medida de lo posible. En la mayoría de los casos el profesor no verá ningún problema en esto último porque entenderá la situación que se plantea. El visitante deberá mostrar su estilo en forma abierta solo cuando le sea requerido especialmente. Es bueno destacar que la falta de cumplimiento a estas normas es inmediatamente detectada por todos los integrantes del dojo, quienes la ven como una falta de respeto a la hospitalidad brindada y a su profesor, generándose muy pronto una reacción natural de rechazo al visitante. Por
último remarcaré que este especial cuidado en las visitas deberá ser
mayor cuanto mayor sea la graduación del visitante. |