Otra,
tal
vez
la
última
de las
grandes
estrellas de la sociedad de Aikido, se ha
ido.
El conocimiento del Aikido
de Tamura Sensei lo hizo
una
de las mayores influencias en Europa y el
resto
del
mundo
durante
los
últimos
45 años. Sempai (así lo llamo yo)
era
muy conocido
por
ser
uke de O’Sensei mientras fue uchideshi, y no es necesario
aclarar
que
fue el otomo de O’Sensei cuando O’Sensei fue a Hawai hace casi cincuenta
años.
Para
los japoneses de aquellos tiempos,
era
un sueño
ir
a Hawai así
que
todos
lo envidiamos mucho.
Los movimientos y
técnicas
de
alta
calidad de Aikido de Sempai vinieron mayormente de
ser
el uke de O’Sensei. Nadie lo puede
copiar
y
si
lo hacen, simplemente
queda
gracioso.
Sin
embargo,
yo intenté robarle
todo
lo
que
pensé
que
me
podría
ser
de ayuda.
En marzo
último,
estuve con él dirigiendo un seminario
anual
en Madrid y en
abril
notó un cierto cambio en su condición. En mayo y junio lo fui a
visitar
un
par
de veces a su
casa.
En
mi
segunda
visita
quedé muy impresionado
por
su actitud, tan
calma,
serena
y relajada. Parecía
como
que
se iba a unas largas vacaciones.
Sempai ya
era
uchideshi cuando yo
me
hice uchideshi. Pasábamos la mayor
parte
del tiempo
juntos.
En las calurosas noches de verano, luchábamos
contra
los
mosquitos
y en las frías noches de invierno poníamos nuestros futones
uno
al
lado
del otro, pero la verdad es
que
los
mosquitos
solo
me
atacaban a mí y usábamos dos futones
superiores
separados, en
lugar
de
usar
un futón pegado el
uno
al otro
toda
la noche,
solo
por
si
acaso.
En 1964, dejé Japón hacia
Nueva York y en otoño de ese mismo año, Sempai también se fue de Japón,
con su
esposa,
a Francia. Sempai solía decir en
broma,
“esperé a
que
te
fueras primero
para
que
nos
mostraras cómo lo hacías. Ahora
que
lo lograste, ya
me
puedo
decidir.”
Eso no es cierto. No hay nadie con
tanta
confianza en sí mismo
como
él. Debido a esa confianza en sí mismo es
que
no
solamente
sobrevivió
sino
que
fue un gran éxito en Europa.
Estoy escribierndo
este
artículo
durante
el seminario
anual
del sur de Francia. Hemos hecho
este
seminario
juntos
por
casi treinta años, así
que
es muy
emotivo
para
mí. Así es
que
lo
que
me
viene a la cabeza son los muchos buenos
momentos
que
pasamos
juntos
durante
los seminarios en varios
países.
Estoy escribierndo
este
artículo
durante
el seminario
anual
del sur de Francia. Hemos hecho
este
seminario
juntos
por
casi treinta años, así
que
es muy
emotivo
para
mí. Así es
que
lo
que
me
viene a la cabeza son los muchos buenos
momentos
que
pasamos
juntos
durante
los seminarios en varios
países.
En Niza nadamos rodeados de
bellezas en topless, anduvimos en
burro
bordeando un precipicio en Marruecos; en Marrakesh, Marruecos
me
enroscaron
una
serpiente en el cuello
para
una
foto.
Volamos
cerca
del
Salto
del Ángel en Venezuela en un pequeño avión Cesna. El
olor
en un gimnasio en Yugoeslavia
era
tan feo
que
Sempai se fue del gimnasio diciendo “hazte
cargo
del
resto
de la clase”. Viajamos
por
nuestro
país,
Japón,
junto
con miembros.
Durante
ese viaje fuimos al Karaoke y tuve
que
cantar
a dúo con Sempai quien no tenía
sentido
musical.
Muchísimas gracias
por
esos maravillosos recuerdos
que
tuvimos
juntos.
Me
siento orgulloso de haber sido su compañero.
Él solía decir
que
conocer
tanta
gente
a través del Aikido
era
su felicidad. Teniendo
presente
esa palabra, voy a hacer lo mejor de
mi
parte
para
tratar
con la
gente
que
pueda conocer en
mi
vida.
Creí en un milagro, pero no
ocurrió. Sin
embargo,
me
hizo
feliz
saber
que
estuvo en los brazos de su
esposa
en los
últimos
momentos.
Siempre estuvo con su
amada
esposa,
casi las 24
horas
del día, así
que
merecía eso. Dejenme decir
una
vez
más
que
estoy tan
feliz
por
él. Lo envidio
tanto
como
lo envidié cuando lo veía
como
uke de O’Sensei. Lo envidié
por
todo
lo
que
hizo en su Aikido.
Por
favor,
vuelve de
tus
vacaciones los
antes
posible. Tengo un Bordeaux 1995 esperándonos.
Bebamos
juntos
nuevamente.